En la Gemoterapia cada piedra tiene su efecto

La energía que se encierra en gemas y cristales es capaz de curar enfermedades y equilibrar el organismo. Pero no todos los organismos reaccionan por igual ante las piedras curativas, por eso es importante personalizar el tratamiento y acudir a un profesional que aplique la curación con buenas bases científicas.

Entre las múltiples variedades de piedras que existen, los usos y efectos de las más conocidas son:

EL CUARZO:
Por su transparencia simboliza lo contrario a la enfermedad, a la que vemos como algo oscuro y opaco. Esa percepción hace que psicológicamente sea muy bien aceptada por el enfermo. La tradición chamánica considera el cuarzo como ” el rey de las piedras preciosas” o “piedra del rayo”. Según algunos expertos, el llamado cuarzo herkimer podría tener la capacidad de hacer recordar los sueños.

LOS ZAFIROS:
Con esta piedra se tratan padecimientos de los ojos. Al igual que ocurre con las esmeraldas y los topacios, son muy utilizados para superar la depresión, elevar la energía y equilibrar las emociones.


EL JADE:
Le viene el nombre de “hijada”, que quiere decir “vesícula” en el español antiguo. Con su aplicación se pretende evitar los cálculos (popularmente, piedras) en la vesícula biliar.

EL TOPACIO:
Se aplica para serenar los enfados.

LA OBSIDIANA, LA TURMALINA O EL BASALTO:
Tienen la propiedad de absorber la luz, por lo tanto sirven para desplazar las toxinas del organismo. La primera de ellas emite luz ultravioleta e infrarrojo (por ello actúa sobre el dolor) y no es conveniente que las usen personas que tienden a sangrar con facilidad.

EL CUARZO ROSA:
Es la piedra del desamor, y se le atribuye el poder de evitar la tristeza y la depresión. Al parecer, cuando se posee un cuarzo rosa aumentan las endorfinas, debido a que estimula las áreas del cerebro donde se producen esas sustancias que provocan bienestar.
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