La Luna en Virgo

Estos nativos muestran en su carácter, naturaleza emocional, reacciones primarias y también en su aspecto externo muchos de los rasgos de Virgo. Es una posición desfavorable para la Luna ya que este signo reprime o controla los impulsos y sentimientos.

Los nativos son personas sencillas o modestas, de carácter reservado, tímido o introvertido.

Tienen un fuerte sentido crítico y tendencia a analizarlo todo, a veces también a preocuparse o angustiarse por todo.

Están predispuestos al pesimismo, la melancolía o a los temores y angustias, ya sea con razón o sin ella. La causa de esto radica en su inclinación a sumergirse en las cosas pequeñas y en sus detalles, los asuntos cotidianos y las mezquinas realidades del día a día.

Son muy perfeccionistas y detallistas, a menudo se ahogan en un vaso de agua y no es fácil convivir con ellos. La cabeza domina el corazón, y en general es una posición mala para la vida amorosa.

La razón, el realismo o el sentido común se imponen sobre los impulsos o emociones, a los que consciente o inconscientemente "temen", por ello siempre tratan de dominarlos, reprimirlos o tenerlos a buen recaudo.

A veces pueden vivir célibes o como ascetas, mientras que en otros casos se sumergen en una intensa vida de placeres y sexo pero sin poner el corazón, más ficticia que real.

Aunque es una posición difícil para el ámbito de los sentimientos e impulsos, sin embargo está compensada por excelentes cualidades mentales o intelectuales. Su gran realismo, pragmatismo y sensatez natural los lleva a preocuparse mucho por los asuntos mundanos, el trabajo o la economía.

Es una excelente posición para comerciantes, vendedores, intelectuales, escritores e investigadores. Son muy trabajadores y tienen un gran espíritu de sacrificio y renuncia.

Ejemplos de personajes con la Luna en Virgo: santa Teresa de Jesús, san Francisco de Borja, Stendhal, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Gabriel García Marquez, Camilo José Cela, flammarion, Eduardo Gladstone, Laurence Olivier, Dustin Hoffman y María Callas.

Segundo Ruiz