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Ludovica Squirru y el fin de una era: "El 2012 es hoy"

Published by Buscador under on 10:45

Con el Tigre rugiendo, la mejor difusora del horóscopo chino de nuestro país habla de la energía felina y de la llegada del fin del mundo. Un viaje cósmico con la Squirru. Imperdible y sin precio

La realidad es eso que nosotros mismos creamos. En el medio de una redacción con humo a cigarrillo, nos damos – anárquicamente- permiso para respirar. Y para creer. Y para crear. Y para hablar de la palabra "conciencia" entre neuróticos durmientes. Entonces, llamamos a Ludovica Squirru que está en Córdoba. La mujer atiende. Amable. Con sonrisa en la voz y ojos con brillo. Así la imaginamos. ¿Dónde estás Ludovica? Y casi sin quererlo, como si el ambiente fuera bueno y sincero, despegamos del piso de la oficina. Mansitos, empezamos un viaje cósmico entre computadoras y malas noticias. Festejamos por dentro.

Para hablar de su nuevo libro "Horóscopo chino 2010", nos metemos en el mundo privado de una soñadora que –dice- se permite volar constantemente. Una diosa (estudiosa) que desde hace tiempo tiene zona liberada para conectarse y conectarnos con esa parte divina de nosotros mismos que también crea, que también cree. Y de repente, Ludovica, la que hizo famosa a la cultura oriental en toda América, interrumpe. Dice dos oraciones sencillas y lujosas a la vez. Escuchamos. "Estoy mirando al perro de la vecina que se rasca y me mira con una montaña de fondo. Estoy en Tras la Sierra". Lo que llamamos "escenario natural".

-¿Vivís ahí durante todo el año?
Vivo dentro de mí durante todo el año. Hace un largo tiempo que descubrí que estar en "el afuera" no sirve. Elegí vivir en Tras la Sierra porque tiene que ver con mi infancia, con mi abuela materna, con mi esencia. En algún sentido, siempre tuve el corazón viviendo acá: fue el sitio más inspirador que encontré para escribir todos mis libros.

Viajera. Ludovica decidió irse a vivir a otro lado para estar más cerca de "ella misma" y más lejos "de todo". Es que la mina, buscadora irremediable, está en paz y se nota. "Tenemos que vaciarnos. Hay que vaciarse y dejar que entre la información cósmica. Volver a utilizar la intuición como herramienta de sanación", dice. Más adelantada a la época que sabia, reflexiona: "Yo reconstruí mi vida al construir mi hogar. De tanto ladrillo y adobe, terminé transformándome. Es muy sanador construir una casa. Más que comprarla hecha recomiendo que la construyan". Entre piedras de cuarzo y mucha mica, una ubicación perfecta de acuerdo a la cabeza china y un rincón especial para escribir, Ludovica describe su espacio como una "pequeña navecita". Y por un segundo, también viajamos en ella.

Sus libros son best seller. Escribió el primero en 1983 y, desde ahí, no paró de cosechar récords de ventas en la Argentina y más allá. Para los capitalistas, eso significa que se venden mucho, pero mucho. Mucho en serio. ¿Y por qué son furor? ¿Y por qué fueron furor? ¿Y por qué ahora también son furor? ¿Qué pasa? Ludovica tiene respuesta: "No soy ni mejor ni peor que nadie. Sigo estudiando para poder dar un mensaje mejor a mis lectores. No quiero personas en serie. La gente que compra mis libros lo hace porque les sirven como herramientas de autoconocimiento. Si no evolucionás, envejecés".

-¿Por qué interesó tanto la llegada de este nuevo año chino?
Es que, por fin, Oriente llegó a Occidente. Antes, ir a meditar con Osho era para elegidos. Y no había paz. En ninguno de los dos lugares del planeta había felicidad. Porque a Oriente le faltaba a Occidente y a Occidente le faltaba Oriente. El mundo solito ha buscado el equilibrio. Al mismo tiempo, grandes difusores o maestros pudieron hacer un puente. La gente estaba ávida de concretar una búsqueda espiritual porque todos tenemos ganas de saber qué está pasando en la Tierra y hacia dónde vamos. Y el año del Tigre, además, es algo muy importante. Representa la madera y la energía, viene enojado, está ensañado, con espíritu combativo. Este Tigre no es mansito. Es un año productor de cambios drásticos. Todo lo que se vaya a tomar en este año será para siempre.

-Con todos estos cambios climáticos y fenómenos naturales que estamos padeciendo, ¿cómo se está preparando el terreno para la venida del 2012?
La gente apostó a una era materialista. Creyó que la iba a salvar una buena cuenta en el banco o un presidente. Todo esto se le cayó a pedazos. Entonces tuvieron que armonizarse con otro tipo de técnicas. Si vos no te despertás, no te salva nadie. Obviamente, fui una pionera en este proceso de comunicación. Pero ahora corresponde que no creemos pánico. Nadie puede tirar una onda apocalíptica. La humanidad se está preparando para un salto cuántico en su nivel de conciencia y esa aventura requiere una alerta de samurai.

-¿Y qué nos recomendás?
Tenemos que salir, encontrarnos, mirarnos a los ojos, apagar el celular, conectarnos desde lo real. Volver a recuperar el tiempo verdadero de la galaxia. Ni miedo, ni paranoia. Inculcar una gran conciencia ecológica con gente que no asuste y que diga qué se va a hacer cuando no se tenga más luz o más gas. Vamos a volver al fogón y al kerosene. Nadie es dueño de los recursos de la Tierra. Hay un cambio en la estructura del cosmos que sólo se supera con la energía del amor. No hace falta esperar dos años: el 2012 ya llegó.

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