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ORIGEN DE LOS MISTERIOS DEL BESO

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Parece que los seres humanos se besaron desde siempre. Un beso será siempre bienvenido, ya sea para demostrar afecto, cariño, ternura o amor.

No se sabe cómo surgió el primer beso de la Humanidad. Es el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona. Aparece como una instintiva forma de demostrar afecto y se da por primera vez de la madre hacia su hijo. Las referencias más antiguas dicen que los besos fueron esculpidos 2.500 años a.C. en las paredes de los templos de Khajuraho, en la India.

De otra manera los besos fueron dirigidos a las cosas sagradas, con el fin de recibir su influjo mágico o sobrenatural. Se habla también de que su origen se remonta hasta el hombre del Cromagnon, cuando la mujer del Cromagnon alimentaba a sus crías masticando la comida hasta hacerla puré, que luego pasaba de su boca a la de su pequeño. Existían también costumbres primitivas de olfatearse y olerse.

En el Zohar, la obra capital de la cábala, encontramos una interpretación mística del beso que procede de la creencia rabínica, según la cual, ciertos justos, como Moisés, son liberados de la última agonía por medio del arrobamiento extático del beso de Dios.

La creencia de que el alma se expresa a través del aliento vital, y que un beso en la boca promueve la comunión de dos almas determinó que su práctica fuera sacralizada por varias religiones, entre ellas la católica “Que me bese con lo besoso de su boca”, expresa un verso del Cantar de los Cantares, uno de los libros de la Biblia.

Y es que San Bernardo de Claraval decía que el Espíritu Santo es un “beso en la boca”, intercambiado por el Padre y el hijo. Según este Santo, de quien se afirma fue el fundador de la regla de los templarios, se trata de un ósculo sagrado que solo Dios puede dar.

Por esta razón es que los primeros besos en público se ofrecían a las estatuas de los dioses a fin de implorar su protección y los fieles besaban el umbral del templo o el altar. Los antiguos musulmanes dirigían un beso a Alá al comenzar sus oraciones.

Otros datos históricos acerca del beso especifican que fue hasta el siglo VI cuando éste ya no solo era una muestra de afecto entre madre e hijo sino también entre adultos, que luego se extendió por Europa y casi todo el mundo.

La humanidad con el tiempo ofreció sus besos a los reyes, por creerse que eran designados por Dios. Los primeros emperadores romanos daban a besar el pie a sus súbditos, hasta que fue erradicada por considerarla reñida con la dignidad humana.

Un siglo después, los papas decretaron que sus pies debían recibir esa fineza, imponiéndose abiertamente este rito en el siglo III. Más adelante, algunos pontífices trataron de evitar el rechazo que a más de alguno producía este acto y mandaron a bordar una cruz en sus zapatillas, con el fin de que lo que se besase fuera el símbolo cristiano. Más adelante durante la Edad Media, se estableció la práctica del besamanos, que los vasallos tenía que rendir al señor feudal.

En vista de que los reyes en imitación de los pontífices romanos quisieron ser también objeto de este ceremonial, el papa San Gregorio lo reservó en exclusiva para los ocupantes del trono de San Pedro.

Es interesante anotar que en los antiguos ritos de consagración de las vírgenes, los obispos debían abrazar y besar a estas virtuosas doncellas como parte de la ceremonia. Algunos abusos cometidos aconsejaron a la Iglesia cambiar este ritual por otro más casto: que ellas besaran la mano del prelado. Y más adelante se quedó el beso al anillo papal.

La ley del ósculo

El emperador Constantino el Grande, se creyó en la obligación de regular la práctica del beso en la boca, promulgando la “Ley del ósculo”, otorgada a los hispanos en el año 336, de no obedecerla tendría importante consecuencias económicas para los protagonistas. Por eso no extraña la antigua canción: “La española cuando besa, es que besa de verdad, y a ninguna le interesa besar con frivolidad”

Tan arraigada estaba la idea del beso como pecaminoso que la gente se alzó en armas en Lewes, cuando vieron la famosa escultura de Augusto Rodin “El beso”, realizada en 1886, protestaron por la obscenidad y el autor tuvo que esconder su obra de arte en un pajar para ponerla a salvo. Claro que después fue ubicada en su lugar de origen.

El Kamasutra describe 3 clases de besos: el nominal, en el que los labios apenas se tocan; el palpitante en el que se mueve el labio inferior, pero no el superior; y el beso de tocamiento, en el que participa labios y lengua.

En la Historia

Hay varios significados a lo largo de la Historia. Se describe el beso de codicia y traición en la Biblia. El primero se refiere a cuando Jacob besa a Isaac, su padre y le hace creer que es Esaú, el primogénito; con la intención de quedarse con la bendición de su padre y con la jefatura de la familia. El otro se refiere al que le da Judas a Cristo en la mejilla, con ese entrega al hijo del Hombre y se condena para siempre.

Todavía hoy, miles de árabes emprenden anualmente su peregrinación a la ciudad sagrada de La Meca para besar la piedra negra de la kaaba y los hindúes hacen lo propio con la tierra de las riberas del Ganges.

Entre los católicos también el Papa Juan Pablo II, realizaba el ritual de besar el suelo de los aeropuertos de los países que visitaba, mientras que los feligreses del mundo desgastan con sus ósculos las estatuas, mantos o estampitas de sus santos predilectos. En Ecuador, es numerosa la peregrinación al cantón Nobol solo para besar la urna de la Santa Narcisa.

Darse la paz

Hasta bien avanzados los años 60 del siglo pasado era costumbre tradicional de los católicos besar las manos de los sacerdotes que se encontraban por la calle, al igual que lo hacían los varones con las mujeres casadas. Al desaparecer esta práctica, la Iglesia ha vuelto al rito primitivo de dar la paz, pero esta vez, mediante un apretón de manos

Dependiendo del país y la cultura se saludan con besos. En algunas zonas se lo hace con 2 besos, uno en cada mejilla, en Argentina, Chile y Uruguay se dan besos entre hombres. En el resto de Latinoamérica se saluda con un beso en la mejilla entre el hombre y la mujer, o entre 2 mujeres, nunca entre hombres.

¡Te lo juro por ésta¡

En nuestros días todavía puede verse realizar un juramento en son de amenaza, mediante el beso de los dos dedos pulgar e índice en forma de cruz, al tiempo que se dice: “Te lo juro por ésta” Este gesto mágico en forma de cruz, procede del voto de adoración que realizaban los romanos en las efigies de Venus. Besaban la señal que hacían con el índice apoyado sobre el pulgar puesto verticalmente, por ser el primero el dedo de los honores y el segundo estar consagrado a la diosa del amor.

Osculo Santo

Realmente la biblia habla de besos y se refiere a él como “ósculo santo”, claro que esto es en relación a los besos fraternales entre hermanos en Cristo ( 1 Pedro 5:14) Los sacerdotes besan ritualmente el altar, la cruz y las Escrituras durante la celebración del oficio de la misa.

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