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La cuadratura Sol/Luna: Cuarto Creciente y Cuarto Menguante Rafa Cañete

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Cuando en el cielo observamos que la Luna está en fase de Cuarto Creciente o Cuarto Menguante, se dice que hay una cuadratura astrológica entre ambos cuerpos celestes. En la carta natal, esto se produce cuando entre el Sol y la Luna hay una distancia de 90º, y en menor medida, cuando entre uno y otro median dos signos (Sol en Virgo y Luna en Sagitario o Géminis, por ejemplo).
Las personas que han nacido con este aspecto en su carta tienen que luchar muchísimo para lograr una seguridad emocional y dotar de verdadero sentido a sus vidas, debido a la tensión interna que experimentan entre los deseos y las necesidades, o entre lo que uno hace y lo que en verdad le gustaría hacer (algo similar ocurre con la Luna llena u oposición). Sin embargo, con la cuadratura parece que cada vez que el nativo está a punto de conseguir algo, o lo ha logrado por fin, algo se interpone en su camino, frustrándolo o poniéndolo a prueba, amenazando con echarlo todo por tierra. Este entorpecimiento puede hallarse en uno mismo (por ejemplo uno se dedica a algo que le exige un horario muy rígido y al tiempo se da cuenta de que no puede estar a la altura de ese horario, porque su cuerpo no lo resiste; y el cuerpo es un excelente barómetro de lo que pasa dentro de nosotros y nos avisa cuando hacemos algo que va contra nosotros mismos. Pero otras veces, quienes se ponen en nuestro camino son nuestros propios familiares, o somos nosotros mismos quienes nos echamos atrás por no abandonar a nuestros seres queridos o por profundos sentimientos de culpa. En cualquier caso, ya sea a nivel interno o externo, hay en nuestra vida, con esta cuadratura una lucha constante que nos impide estar en paz con nuestro propio interior, sea cual sea nuestra situación vital.

Con la cuadratura, hay una urgencia, muchas veces inconsciente, por hacer algo de lo que nuestros padres lleguen a sentirse orgullosos de nosotros. De ahí la lucha constante por hacer algo importante que destaque o llame la atención, ya que parece que existe la sensación de que en el pasado nuestros padres no se sentían orgullosos de nosotros. En algunos casos, esto puede actuar de acicate para hacer cosas importantes en la vida, pero en otros dificulta o entorpece nuestro camino y nuestra seguridad en nosotros mismos, por el temor a fracasar y no estar a la altura. Estas situaciones suelen ser más frecuentes cuando Saturno se encuentra involucrado en la combinación Sol/Luna.

Los padres no se perciben tanto como seres opuestos sino como personas muy diferentes en permanente conflicto, entorpeciéndose el uno al otro. Este conflicto es más agudo cuando Saturno aparece en aspecto con esta cuadratura, aunque en todos los casos los padres suelen ser muy dispares entre sí. En algunos casos, el nativo puede haberse sentido como un obstáculo para uno de los padres, o para ambos. Por lo común, las rupturas y desórdenes familiares son frecuentes con la cuadratura, aunque a veces tardan en manifestarse, y el niño puede encontrarse a veces en medio del conflicto, algo parecido a lo que sucede con la oposición, porque quiere que el conflicto desaparezca. De este modo, sus dificultades para elegir entre uno de los progenitores marcan su vida y crean esa sensación de querer y no poder, de hacer una cosa y ver que el obstáculo hace su irrupción. En otros casos, puede suceder que el padre se aleje del núcleo familiar. Insistimos en que los rasgos más negativos de esta cuadratura se producen cuando Saturno aparece en aspecto con el Sol o la Luna. Con Marte en esta combinación, se han visto casos de personas que han sufrido cómo los padres, ya en conflicto, se disputaban al niño, o éste veían que el padre truncaba todo contacto con la madre o viceversa.

Esta cuadratura actúa de dos formas distintas, según la tengamos en fase Creciente o Menguante. Si tenemos, por ejemplo, el Sol en Virgo y la Luna en Sagitario, la Luna lo que hace es alejarse del Sol, experimentando un viaje lejos del resplandor solar, como buscando hacer cosas nuevas constantemente, pero al mismo tiempo replegándose y pensando en si debería alejarse demasiado o no, algo parecido a la Luna en Cáncer, signo del cangrejo, que da un paso hacia delante y tres para atrás. Esto es lo que se llama fase Creciente. En cambio, si tenemos el Sol en Virgo y la Luna en Géminis, la Luna se aproxima a la conjunción con el Sol, es decir, al lugar que ocupa el Sol, como volviendo a casa. en este caso, la cuadratura se parece a una Luna en Capricornio, más cínica, más conservadora, como si hubiese acumulado sabiduría y conocimientos que le hacen ser precavido y poco confiado en las cosas nuevas. Esta fase en la del Menguante. Dependerá mucho de la naturaleza de la persona, pero tarde o temprano se instala en la psique de la persona el espíritu de la Luna Creciente o Menguante.

El gran objetivo de esta cuadratura es integrar esos conflictos originados en la niñez, que pasan por una reconciliación con nuestro pasado familiar, para así poder edificar una vida futura más plena y en la que seamos más dueños de nosotros mismos.

La primera imagen corresponde al Cuarto Menguante y la segunda al Cuarto Creciente.
Publicado por Rafa Cañete

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